Taralli Pugliesi . “Historia, recetas y tradiciones sobre el producto más apreciado de Puglia.”
Cada región tiene su propia tradición gastronómica “pobre”, una serie de platos creados por los agricultores hace siglos, cuando la oferta era escasa y era necesario ser ingenioso para comer algo sabroso. Apulia en este caso es rica en tradiciones culinarias y platos creados por la necesidad y la intuición de quienes necesitaban sobrevivir a los períodos de escasez y entre estas tradiciones destaca el sabroso “Tarallo”, el anillo de sabor envolvente que forma parte de la gastronomía regional. historia.
ORIGENES DE LA RECETA
El origen de la receta de Taralli Pugliesi suele remontarse al siglo XV, cuando la hambruna azotaba la región. Según la leyenda, el primer Tarallo fue amasado por una madre que, al no tener nada con qué alimentar a sus hijos, intentó trabajar con lo que tenía en su despensa: harina, aceite de oliva virgen extra, sal, vino blanco, una serie de productos que nunca faltaron en las despensas de Apulia. Creó una masa que se aplanaba en dos finas tiras, dándoles el aspecto de un aro que, tras dejar reposar, se cocía en el horno. El resultado fue sorprendente y marcó el inicio de una tradición que aún perdura en la actualidad.
TARALLI PUGLIESI A LO LARGO DE LOS AÑOS
Con el tiempo hubo algunas pequeñas mejoras: además de hornearse, para darle ese regusto ahumado tan característico, el tarallo también se hervía para hervirlo y hacerlo más crujiente y particular; además, se le añadían especias para darle sabor, como las clásicas semillas de hinojo o aceitunas picadas. Hijo de la creatividad popular, el tarallo marcó positivamente el territorio de Apulia y cambió la producción de los panaderos de toda la región, así como las mesas de los más pobres: elaborado con ingredientes de emergencia fácilmente disponibles, producido en masa y vendido a todos a precios muy bajos. Con el tiempo todos aprendieron a hacerlos y las amas de casa comenzaron a poner su masa en sartenes aceitadas, las primeras “tielle”, pasando a cocinar los taralli en hornos de leña ubicados en sus pueblos.
El origen de su nombre aún es incierto: algunos piensan que puede provenir de la palabra latina “torrere” que significa tostar, otros dicen que debe su nombre a la cursiva “tar” junto con la francesa “danal” que en el pasado indicaba el Pan enrollado típico más allá de los Alpes, algunos dicen que proviene del francés “toral” que significa “secador”. Sin embargo, las hipótesis más acreditadas son las que atribuyen su etimología al griego “daratos”, es decir “especie de pan”.
CARACTERÍSTICAS DE APULIA
El producto se difundió fácilmente en todo el sur de Italia, adaptándose de territorio en territorio y de región en región. Las características típicas de Apulia son la preparación en aceite de oliva virgen extra y la adición de especias que van desde semillas de hinojo hasta pimientos picantes, desde aceitunas hasta cebollas. Con el paso del tiempo, también se han popularizado las versiones dulces de los taralli pugliesi, para servir con el café o al final de una comida: glaseadas con limón o cubiertas de chocolate, siempre satisfacen la evocación del sabor tradicional y de la sencillez que caracteriza los innumerables métodos utilizados para su elaboración. Sencillo, natural y ligero, el tarallo va bien en todas partes: durante el aperitivo, acompañando aceitunas, embutidos y quesos, o como segundo plato especial, o al final de una comida en su variante con más azúcar.
Es característica la expresión “tarallucci e vino” (tarallo y vino) para indicar la combinación clásica del tarallo de Apulia, perfecto marido de Primitivo di Manduria, Nero di Troia o Negramaro. Antiguamente los más expertos creían que había que degustarla remojada en agua de mar, pero en este sentido creemos que es mejor beber una buena cerveza artesanal, con la que hoy forma dúo inseparable en los pubs y en las mesas más tradicionales. .
Gracias a su ductilidad y su sabor único ahora es posible encontrar taralli pugliesi de todos los sabores: pizza, mediterráneo, cebolla, aceitunas, orégano, sésamo, pimiento picante, pimiento, champiñones, queso cacio, tocino y muchos otros. El único límite, en la mesa, es la imaginación, pero esto no es un problema en Apulia donde la creatividad no falta, sobre todo a nivel gastronómico.